De “Chancho Chino” a “Plant-Based Spam”
Podríamos describirlo como un déjà vu, pero la persistente embestida y el constante crecimiento de este producto ha alcanzado cifras récord en ventas en los últimos 7 años. Aunque la pandemia jugó un papel importante al impulsar la búsqueda de nuevos seguidores, el consumo continúa en aumento. El SPAM se elabora mediante una mezcla de carne de cerdo, jamón, sal, azúcar, fécula de papa, agua y nitrito de sodio. La carne se muele, se añaden los demás ingredientes, se traslada la mezcla a latas, se sella al vacío y se cocina dentro de las mismas. Una vez enfriadas, las latas están listas para la venta.
En sus primeros años, el SPAM fue inicialmente bien recibido como una opción alimentaria económica y fácil de preparar, ideal para hornear y freír. Originalmente comercializado como fiambre, encontró su lugar en la mesa durante los años de escasez de la Gran Depresión. No obstante, no adquirió notoriedad como término familiar hasta después de la Segunda Guerra Mundial, y en Chile, no fue la excepción. Se convirtió en una de las escasas y confiables fuentes de proteínas que ayudaron a enfrentar la escasez durante el periodo de la Unidad Popular, un momento crucial en nuestra historia, producto que algunos se refirieron como un “animal político”.
Marcando tendencia con más de 10 variedades en el mercado, el SPAM sigue siendo popular dondequiera que se venda. En la actualidad, ha encontrado un lugar en la nueva gastronomía, posiblemente debido a su presencia en TikTok y su popularidad en la cocina hawaiana (musubi), asiática y de las islas del Pacífico. Esto ha influido en su crecimiento a nivel mundial y ha captado el interés de la población más joven.
Hoy en día, el icónico formato de carne enlatada de 12 onzas se adapta a las nuevas tendencias y hábitos alimenticios de las generaciones actuales. OmniFoods, una empresa con sede en Hong Kong, ha marcado un hito al incorporar sus productos en restaurantes conscientes y en grandes cadenas como McDonald’s, en Chile su análogo @thenotco, va por el mismo camino. Estos productos se dirigen tanto a vegetarianos como a carnívoros, ofreciendo una alternativa ética y menos perjudicial para la salud y el medio ambiente que la carne tradicional.
En cuanto a los beneficios para la salud, la versión original del SPAM, elaborada con carne de cerdo, contiene grasas poco saludables, sal y pocas proteínas, vitaminas u otros elementos esenciales. Las alternativas vegetales al SPAM tienen el potencial de convertir este clásico en una opción más saludable, con alrededor de un 30% menos de calorías y un 60% menos de sodio, además de carecer de nitritos de sodio.
La durabilidad, la facilidad y rapidez de preparación, junto con su versatilidad en la cocina, son ventajas destacadas de la carne enlatada. Estas características hacen que productos como el SPAM sean ideales para satisfacer las necesidades de consumidores ocupados en todo el mundo.
El mercado chileno está experimentando un cambio significativo, con productos a base de plantas ganando rápidamente popularidad. Los supermercados asiáticos, por ejemplo, han ampliado su gama de productos, incluyendo hamburguesas, nuggets, salchichas, carne molida y hasta atún sin pescado, todos elaborados a base de plantas.
En el ámbito Horeca, las ventas de alimentos de origen vegetal aumentaron en un 41% en 2023, con un incremento del consumo a través del canal Horeca del 187% en solo dos años. Aunque las cremas de origen vegetal (121%), las bebidas vegetales (73%), la mantequilla y la margarina (31%) son los productos más demandados en el sector de la restauración y la hostelería, queda claro que hay mucho por explorar y explotar en este campo por parte de los restaurantes.
Como chefs, nuestro compromiso fundamental radica en promover beneficios tanto para la salud de las personas como para el bienestar del planeta. La exploración de esta nueva forma de alimentación, que posee un potencial extraordinario en todos los aspectos, se presenta como una oportunidad significativa para las generaciones venideras. Por este motivo, este año nos enfrentamos a un desafío fascinante: ampliar las opciones basadas en plantas, a menos que, por otras consideraciones, tengamos que regresar al “chancho chino”, pero esta vez en su versión vegetal.
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